Exposiciones / Erakusketak




T o m á s   S o b r i n o

reflejos y piedras

Ciudadela de Pamplona. Polvorín

Del 27 de enero al 5 de marzo de 2006

Venid al borde, dijo.
Dijeron: tenemos miedo.
Venid al borde, dijo.
Fueron.
Les empujó... y volaron.

Apollinaire

Mural de piedras

Ref.04-554 "Mural de piedras"
fotografía/tabla (310x135 cm.)
117 Kb.

Piedras

"Piedras"
óleo/tabla (230x110 cm.)
73 Kb.

Reflejo

Ref.02-513 "Reflejo"
óleo/tabla (73x60 cm.)
73 Kb.

Reflejo

Ref.02-529 "Reflejo"
óleo/tabla (55x46 cm.)
112 Kb.

Piedras

Ref.02-530 "Piedras"
óleo/tabla (55x46 cm.)
108 Kb.

Carrizos

Ref.02-534 "Carrizos"
óleo/tabla (55x40 cm.)
60 Kb.

En este mundo de la pintura existen muchos caminos y actitudes diferentes a la hora de enfrentarse a la tarea de pintar y todas son respetables si se hacen con honradez. Cada pintor tiene unos objetivos y una forma de realizar su trabajo.

En mi caso, la pintura, primero es un camino de conocimiento, es un viaje a lo desconocido. Lo desconocido da miedo y en ese proceso de vencer el miedo es donde voy descubriendo cosas que me ayudan y me enseñan y segundo, creo que el arte debe servir al hombre para mejorar, para abrir nuevas expectativas, crear estímulos y reflexionar.

El pintor Rafael Ruiz Balerdi explica esto mucho mejor que yo en un texto que me parece oportuno reproducir aquí.

(*)"Todo es miedo. En el fondo, en la estancia última, todo lo que tenemos que hacer es vencer el miedo. No se trata de tener miedo a cualquier cosa. Se tiene miedo a algo determinado, a un gesto, a ser cogido por el límite, a estropear lo que ya está hecho. Es lo que hace que las cosas no sean grandes y que la evolución sea lenta. Hay que triunfar sobre el miedo de cada uno, sobre los propios miedos a través de la forma.

Es un miedo visceral, inconsciente, no se ve. Pero según vas haciendo la forma sí lo notas. Y piensas que en el próximo intento tendrás menos. ¡Y es verdad, tienes menos! El miedo se va venciendo conforme vas demostrando que las cosas que eran para ti imposibles, cualquier día aparecen de la manera más chispeante, más sencilla. Noto el vencimiento del miedo cuando llega una bocanada de alegría y te atreves a todo, te atreves a arpegios, a ritmos, a un desenfado que de otro modo te podría costar dolores de parto. Es lo hermoso de la pintura, el vencimiento del miedo que se traduce en una gran alegría.

No se trata, desde luego, de hacer una descripción de algo que produzca miedo. Huyes de hacer imágenes sombreadas, de efectos estrambóticos. En los colores más luminosos puede estar el miedo. Es miedo al gesto, miedo a la transgresión, a algo que está detrás y no conoces. Pero sin querer te llega una bocanada de humor y llenas un espacio que antes no hubieras sabido cómo llenar.

Una alternativa muy fácil es la de vaciar, el dejar vacío, el llenar de vacío ese espacio, dejarlo sin espesura, sin que suceda nada. Pero éste es un elemento que conoces muy tardíamente como apoyo a lo que acumulas. Aquellas zonas donde sucede una gran acumulación las compensas con el vaciamiento y la tersura, donde no sucede nada, nada lineal. Con la superposición de lo acumulado y lo terso vas entendiendo lo que es la edificación, o el equilibrio, o la estructura.

Pero esto es muy racional. Con ese humor puedes saltar por encima de toda esa serie de valores y medidas, y de la manera más espontánea llenas el espacio y descubres que tiene sentido. Te descubres tú a través de una fuerza que es más valiente, o más original, o más inesperada. Pintas para descubrir la aparición de esa fuerza.

Este es el encanto de pintar. Sería estar actuando y no ser cogido por la acción. Mantenerte vigilante, en ese estado que se encuentra más allá de la forma, o más allá del pensar. Notas que se puede, pero de pronto ya estás cogido por la forma, y la forma te ata, te sujeta, te enreda. Te atan la urdimbre, los entresijos que estás haciendo aparecer en la tela. Te das cuenta y vuelves a ese estado libre, en el que no estás atrapado, y notas una potencia mayor. Y desde esa perspectiva descubres cosas nuevas que de otra manera no aparecerían. Recuperas ese momento en que no estás cogido por tu propia acción, vuelves a ser cogido, vuelves a recuperar la libertad. Esto es muy bello porque en ese ir y venir estás palpando el tiempo tuyo, pedazo a pedazo.

Todos son enjambres que arañas y arañas. Y descubres que has ido dejando un testimonio de ese tiempo. No has estado cogido. Has estado cogido por ser cogido, pero a la vez ha salido una obra que es inconsciente y muestra todas las cosas que necesitan salir, que el hombre necesita sacar. Un territorio que hay que ganar a la oscuridad.

Pintar no tiene ningún otro estímulo, ninguna otra gratificación. En la acción está lo único gratificante. Pintar no tiene otro sentido que la aventura del encuentro con ese humor, esa alegría, y de vencer la propia inercia.

Cada día veo más palpablemente la existencia de esa Energía original, que no te pertenece a ti, que pertenece a lo real, a la existencia. Es la energía de un sordo, de un mudo, o incluso de un ciego. Porque hay momentos en los que no hace falta ni mirar el cuadro, aflora sin necesidad de ser vista, porque es una Energía original que ve. Tú trabajas en la paleta, mezclas los colores, haces pruebas. Y esa Energía espontánea conoce ya lo que quiere hacer. Tú no. Y esa Energía tiene la alegría impúdica de mostrarse. Esa energía opulenta, fabulosa, quiere mostrarse. Y si tú no eres un freno para ella, podrá aflorar por instantes, por pequeños retazos. El testimonio queda en la tela. Y conforme más experiencia vas teniendo de ese universo que desconoces, se irá mostrando más claramente. No sé cómo será, pero aparecerá y será hermoso.

        Ya sé que tardas, pero te espero

        sé que tardas, porque vienes de muy lejos,

        de lo nunca visto,

        de lo nunca hecho,

        te espero.

El arte es como una ilusión muy profunda de algo muy lejano, que cuando alguien alcanza a expresar es viva, rotunda y para siempre".


      (*) Manifestaciones de Rafael R. Balerdi recogidas en el libro "Balerdi. La experiencia infinita" que su autor, Javier Viar, amablemente, ha permitido su reproducción en este catálogo.

Reflejo

Ref.02-535 "Reflejo"
óleo/tabla (55x46 cm.)
68 Kb.

Reflejo

Ref.02-537 "Reflejo"
óleo/tabla (55x46 cm.)
75 Kb.

Reflejo

Ref.02-552 "Reflejo"
óleo/tabla (100x100 cm.)
67 Kb.

Reflejo

Ref.02-553 "Reflejo"
óleo/tabla (81x81 cm.)
86 Kb.

Muro

Ref.03-584 "Muro"
óleo/lienzo (100x81 cm.)
60 Kb.

Salina

Ref.04-602 "Salina"
óleo/tabla (73x60 cm.)
62 Kb.

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